martes, 27 de enero de 2009

La Mirada. Capítulo uno: El encuentro.

Nota de Suika: Esta historia le empecé a escribir a mano hace mucho ahora la pondré aquí.

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Todo lo que recordaba era la visión de una lápida, después todo se volvía oscuro, doloroso, casi ni sentía su propia respiración. Solei, volvió a despertar con agitada respiración.
Hacía tiempo que vivía sola, desde que se enteró que era adoptada..., en parte se alegró ya que sus padres adoptivos, lejos de quererla, la maltrataban de todas las formas posibles. Siempre se escondía de ellos pero ahora ya no hacía falta, cuando se vió libre de su yugo se marchó lejos una mañana, sin decir nada y sin dejar una sola nota. Después de dejar esa casa empezó a sentirse libre, pero a la vez surgió en ella una tremenda inquietud, y esos sueños en que se repetía la escena de la lápida la perseguían.

Se sentó en la cama intentando tranquilizarse, durante el último año, sólo había buscado a su familia sin ningún resultado, y la pobre Solei cada día empeoraba, casi no podía dormir y su impaciencia por algún indicio de existencia alguna por parte de un familiar crecía y a la vez se le hacía más imposible.

Ese día, como cada día, tendría qeu ir a trabajar y como siempre otra vez se dirigiría al registro donde seguiría buscando algo inutilmente, que le hiciese llegar a su familia. Además ella empezaba a hartarse de todo aquello, ¿Porqué debía de buscar a alguien que no le había importado su existencia? sino porqué la habían abandonado de esa forma tan cruel, dejándola en manos de unos seres tan perversos como sus padres adoptivos... se acarició suavemente un par de cicatrices que tenía en el pecho... aquello no tenía ni pies ni cabeza, se levantó rápidamente y se dirigió al baño, donde se mojo la cara con agua fría para alejar todos aquellos pensamientos que la atormentaban.

Miró su reloj, aún le quedaban dos horas para ir al trabajo, en el mismo baño se quitó la camisa que llevaba para dormir, y desnudándose entera se metió en la ducha, abriendo solamente el agua fría esperando que así, todo pensamiento negativo se alejase de su mente.

Salió del baño tiritando de frío, colocándose la toalla mientras se dirigía a su habitación para vestirse, no tenía mucho donde elegir, ya que su mísero sueldo sólo le daba para pagar la casa y comer, más o menos, aún así la poca ropa que se había comprado, conseguía que le durase el tiempo suficiente, hasta que podía comprase más.

Ya vestida, se dirigió a la cocina donde se bebió su acostumbrado café matutino. Puso la radio que se había llevado de la casa de sus padres adoptivos, para ella esa radio era lo más importante, por eso se la había llevado, adoraba la música. Por eso no era de extrañar que su trabajo fuera en una tienda de música. Los encargados siempre le acababan regalando los Cds de muestra cuando había decaido su popularidad, gracias a eso tenía una gran colección de música.

Se bebió lentamente el café humeante, demasiado caliente todabía para su gusto. Así que lo dejó de lado a medias y se marchó al trabajo. Siempre era la primera en entrar porque se ocupaba de la limpieza de la tienda, no es que le gustase mucho ser la chacha, pero así se ganaba un dinero extra.
Pero aquella mañana algo había cambiado, cuando llegó, la puerta trasera estaba ligeramente abierta. Entró cautelosamente, no tenía miedo, curiosidad mucha, pero miedo ninguno. No oía nada, miraba cuidadosamente a todas partes, de pronto un viento helado la dejó parada. Una sombra se la quedó mirando a lo lejos.

-Si lo que buscas es dinero, aquí no lo encontrarás, por la noche mi jefe se lo lleva - le dijo calmadamente, realmente no estaba asustada, pero cada vez le intrigaba más porque aquella persona no se movía - Haremos un trato me giraré y cuando me de la vuelta, espero no verte, así no habrá pasado nada y olvidare el allanamiento que has cometido.

Como prometió, Solei se giró suavemente, pero casi sin darse cuenta sintió la presencia tras su espalda. Su piel se erizó al sentir tan cerca aquella respiración. Se quedó inmóvil, en momentos como ese debería estar aterrada, pero sólo tenía la necesidad de mirar a la cara a aquella persona.

-Por fin te encontré Solei... - La voz sonó dulce, amistosa, era la voz de un chico joven, le pareció que era un poco mayor que ella, quiso darse la vuelta al oir su nombre, pero el chico la detuvo - a partir de ahora seré tu sombra... - la dulce voz le cogió la mano derecha y depositó en un dedo, un anillo y lentamente por su cuello deslizó un medallón. - No volverás a estar sola cuidaremos de ti. - Y con esas últimas palabras desapareció como el aire.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

uiuiuiuiui :P bueno por el comienzo ya me imagino que sabras quien soy y sino..pues lo sabras tambien xD jaja pues aqui te dejo mi pequeñito granito de arena :p jaja minusculo o como lo quieras denominar xD la historia me ha molado ya sabes el final xD y nada que animoo y ya sabes lo que te he dicho nadie lo hara por ti!!

besitosss

te quiero sis

Suika dijo...

Graciasss sisss T^T

eres un amorrr pero mira que tenerte que pedir el comennt jajajajj XDD

es bromaa muchas graciasss por comentar cuando ponga cap 2 te avisoooo ^^

Anónimo dijo...

onechaaaaaaaaaan me encantó!!! me me encantó!!! espero leer prontooooo el segundo capítulooooooo >< si que siiiiiii
te quiero mucho onechaaaaaaaaan mucho mucho mucho

rafelmigdemoni dijo...

ESPERO QUE LA MEVA HISTÒRIA SIGUI TAN BONA COM AQUESTA, ESTIC ESPERANT,COM UN NEN PETIT QUE ESPERA ELS REIS, EL DIA QUE ME LA ENVIES