martes, 17 de noviembre de 2009

La rosa marchita...


Había una vez una hermosa rosa, que dormitaba en su hermoso jardín con las demás, está rosa era especial por muchas características, su olor era más intenso, su color rojo sangre brillante, sus afiladas espinas duras como la piedra, era la flor más magestuosa y perfecta de todas... una noche de luna llena, la rosa vio pasar una doncella con capa negra y gran guadaña, quedó tan asombrada por la belleza de la joven, que se enamoró justo al instante.
Pasó un largo tiempo hasta que la rosa volvió a ver a la doncella, pero esta vez trató de comportarse de la manera más llamativa para que la joven se acercase a ella, y finalmente en lo que para la rosa fue una eternidad la joven le prestó atención.

-¿Qué rosa más hermosa? - dijo la joven con guadaña en mano.

-Gracias..- Dijo la rosa que empezó a brillar de felicidad.

-Lástima que la belleza no te lo dará todo preciosa rosa, odio las cosas que cree que con su belleza conseguiré lo que quiera.-Dicho esto la joven se alejó de ahí sin darle más oportunidad a la rosa para hablar.

La rosa al escuchar el veredicto de la joven hermosa de la guadaña, sintió como el mundo se le caía encima, así que decidió marchitar su belleza, por amor a la joven. Pasó tiempo hasta que le joven de la guadaña volviera a pasar por donde vivía la rosa. Pero cuando la vió negra y marchita la miró sorprendida y le volvió a hablar.

-¿Qué le pasó a tu hermoso color preciosa rosa?

-En tu honor hermosa joven, dama del único sentimiento que albergo en mi corazón, marchité mi belleza, porque tu misma digiste que odiabas a las cosas bellas.

-No sabes que has hecho verdad... yo soy la muerte... La muerte no se enamora, lo siento dulce rosa, tu sacrificio ha sido en vano. - La muerte arrancó con un beso a la marchita rosa, matandola finalmente para evitarle más agonía...
Pobre rosa... marchitó su belleza en tributo de amor a la muerte, pero la muerte no se enamora jamás de nadie...